El ozono es el desinfectante más eficiente para eliminar todo tipo de microorganismos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El Ozono es un potente descontaminante y desodorizante además de un gran virucida, bactericida, fungicida y esporicida.

El ozono (O3) es un gas biocida de amplio espectro que aplicado correctamente y en concentraciones adecuadas desinfecta todas las superficies que entran en contacto con él, y que al ocupar la totalidad de los espacios donde se aplica alcanza zonas donde es imposible llegar con otros métodos de desinfección, asegurando así la mínima carga viral en las zonas tratadas.

El ozono (O3) no genera residuos ni subproductos contaminantes y es respetuoso con el medio ambiente. El único residuo que deja el ozono tras su trabajo purificador es oxígeno (O), por lo que el aire se vuelve más puro.

El mayor beneficio que se consigue desinfectando y purificando los espacios y superficies con ozono es la eliminación casi total de microorganismos patógenos (99,6%) tales como virus, hongos, bacterias, esporas y moho, reduciendo significativamente el índice de contagios de enfermedades bacterianas y virales. Además es desodorizante ya que acaba con las partículas causantes del mal olor.

Debemos tener claro que no es lo mismo limpieza que desinfección, debido a que tenemos la idea equivocada que limpiando con detergentes las superficies quedan libres de microorganismos patógenos, siendo el ozono un complemento imprescindible para la limpieza y desinfección de espacios públicos y privados tales como: 

• hospitales, clínicas, centros de salud, consultorios y residencia de mayores
• oficinas
• locales comerciales y centros comerciales
• restaurantes y bares
• hoteles, hostales y paradores
• cines y teatros
• gimnasios
• escuelas, colegios, universidades y centros de estudios
• industrias, fábricas y talleres
• estaciones de trenes, autobuses, aeropuertos
• domicilios particulares
• y mucho más.

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